Durante años viví desconectada de mí. Aunque desde fuera todo parecía estar bien, por dentro me sentía insuficiente, con la sensación constante de que no era “lo bastante” nada: ni segura, ni valiente, ni capaz.
Intentaba hacerlo todo perfecto, buscando validación en los demás, pero el vacío seguía ahí. Me faltaba algo más profundo: escucharme de verdad, comprender mis emociones, y aprender a tratarme con respeto, no con juicio.
Cuando descubrí la PNL, el coaching y la gestión emocional, todo empezó a encajar. Aprendí a volver a mí sin castigo, a sostenerme con amor en vez de exigencia.
Hoy acompaño a mujeres como tú a hacer ese mismo viaje:
a reconstruir su autoestima, poner límites desde la calma y volver a sentirse en casa dentro de sí mismas.
No es fácil. Pero sí posible. Y no tienes por qué hacerlo sola.
